viernes, 7 de junio de 2013

ciudadanos en acción


libros de complemento 

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"Movimientos sociales y comunicación"



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http://alainet.org/publica/msred/msr-web.pdf

Comunicación Participativa - ¿El nuevo paradigma?


La publicación de Comunicación participativa de de Jan Servaes & Patchanee ; fundamenta la dependencia de cada sociedad ya sea en su estructura o su grado y que su  desarrollo es factor proveniente no de factores externos exclusivamente sino de interno de su estructura; donde los modelos de comunicación apuesten en base a la habilidad de saber escuchar, pues a la sociedad muchas veces se les informa pero no se les escucha necesitando de una comunicación participativa autentica.

La comunicación participativa requiere cambios en la manera de pensar de los comunicadores, que dejemos esa inclinación de solo informar  y apostemos por una escucha activa pues la necesidad de escuchar no se limita solo a los receptores; es así que los medios de comunicación  generalmente conciben el proceso de comunicación como un mensaje que va del emisor hacia el receptor cuando en realidad la participación es muy importante en cualquier proceso de toma de decisión relacionado con el desarrollo, y es en este contexto que los medios de comunicación pueden ser utilizados para sostener iniciativas de desarrollo por medio de la propagación de mensajes que instan al público al apoyo proyectos dirigidos hacia el desarrollo.

Por ello,  el acceso por parte de la comunidad y participación  deben ser agentes claves,  como refiere  Berrigan (1979) cuando afirma que “Los medios comunitarios son medios a los cuales los miembros de la comunidad tienen acceso, para su información, educación, entretenimiento, cada vez que desean este acceso. Son medios en los que la comunidad participa, como planificadores, productores, y actores”.....

Para Víctor Manuel Mari Sáez , en su estudio de “El enfoque de la comunicación participativa para el desarrollo”, indica que la comunicación Participativa para el desarrollo surge, en los primeros momentos, como una práctica de comunicación que posteriormente será sistematizada y teorizada; donde el concepto de medios de comunicación avocados a la comunidad va más allá del sentido instrumental y tecnológico del término, pues no es sólo una cuestión de instrumentos, sino que la apropiación implica recuperar el protagonismo de la ciudadanía en el proceso comunicativo, incluyendo la elaboración de contenidos y la gestión del propio medio de comunicación. (1)
Se debe apostar por una comunicación avocada al cambio social en base del dialogo horizontal, y es que la comunicación participativa para el cambio social proyecta a las personas  como el núcleo del desarrollo, y es el desarrollo como refiere Jan servase el que puede  “elevar los espíritus de una comunidad local para que esté orgullosa de su propia cultura, intelecto y medio ambiente”.

La comunicación para el desarrollo y el  cambio social tal como se entiende  actualmente supone un uso intencionado, estratégico, planificado y potencialmente evaluado de acciones y  recursos de comunicación en un proceso  de desarrollo concreto, esto implica a los actores, objetivos, plazos, financiamiento, o un uso intencionado, directo, explícito y sistemático de los recursos de comunicación para superar un problema social identificado.

Como refiere Gloria Huarcaya, (2) la comunicación para el desarrollo y el cambio social facilita el diálogo social pues es como metodología envolvente permite a las comunidades articular sus valores, reconciliar diferentes intereses y actuar sobre asuntos importantes, así ocupa a la gente en el diálogo sobre difíciles puntos en disputa, por eso puede ser lenta e impredecible.
Dentro del estudio de comunicación participativa, existen dos enfoques, el primero de Paulo Freire (1994) es la pedagogía dialogal  y el segundo abarca las ideas de acceso, participación y auto-gestión articuladas en los debates de la UNESCO de los años1970. Es así que cada proyecto de comunicación que se hace llamar participativo acepta estos principios de comunicación democrática, aunque en la actualidad existe una gran variedad de experiencias prácticas y de intenciones que lo determinan.  

El argumento del primer enfoque  funciona por medio de una estrategia teórica dual, que implica una comunicación dialogal,  donde los pueblos subyugados deben ser tratados como sujetos plenamente humanos en cualquier proceso político. Aunque estas ideas son profundamente impopulares en los círculos de las élites, la comunicación dialogal es ampliamente aceptada como una teoría normativa de comunicación participativa.

El segundo enfoque  sobre comunicación participativa es el lenguaje de la UNESCO proyectando términos como el “Acceso” refierido al uso de los medios a favor del servicio público,  “Participación” que implica un nivel más elevado de involucramiento público en los sistemas de comunicación y la  “auto-gestión” como la forma más avanzada de participación, donde el público ejerce el poder de la toma de decisiones al interior de las empresas de comunicación y está también plenamente involucrado en la formulación de las políticas y de los planes de comunicación.

Es así que el acceso por parte de la comunidad y participación de la son como factores claves, pues son los medios a los cuales los miembros de la comunidad tienen acceso, para su información, educación, entretenimiento, desarrollo y en  los que la comunidad participa, como planificadores, productores, y actores.

Definitivamente promover e impulsar el desarrollo es una tarea compleja, pues implica que  el grupo humano beneficiario se involucre en un proceso de cambio, donde la participación de la población representa la garantía de la sostenibilidad del desarrollo, dejando de lado procesos de desarrollo los sujetos pasivos que se limitan a tolerar las intervenciones que realiza una empresa como medio de comunicación o donde el espacio de la población se reduce a una “participación utilitaria”, sino un proceso de desarrollo concreto con actores, objetivos, plazos, financiamiento o un uso intencionado, directo, explícito y sistemático de los recursos de comunicación para superar un problema social identificado.


 Ya la perspectiva hacia la comunicación ha cambiado, esos primeros modelos de los años 50 y 60  que consideraban al proceso de comunicación sencillamente como un mensaje dirigido por un emisor hacia un receptor han quedado añejos, pues desde los años 70, la comunicación se ha centrado más en el receptor y el mensaje; así el enfoque ha cambiado desde el ‘comunicador’ hacia una orientación más centrada en el receptor, asimismo se debe asimilar  que los factores internos” y externos en el desarrollo  existen dependientemente unos de otros, es así que para desarrollar una estrategia efectiva se deben entender las relaciones de clase presentes en cada sociedad periférica en particular, es así que el papel de los  comunicadores dentro de la comunicación para el desarrollo es promover espacios de diálogo, de participación, donde la comunidad pueda abrigar las experiencias nuevas y poder hacer suya los nuevos productos culturales y los comunicadores estar ahí para facilitar el proceso. 






vídeo testimonial : http://www.youtube.com/watch?v=kzfsjmUTyFo&feature=youtu.be



Modernus-interruptus - las otras “ideas” del desarrollo" - Sandro Velarde


La modernidad ha sufrido trayectorias sociales hegemónicas, dando la sensación de establecer en el imaginario de los personas “modos” exitosos para vivir; así diversos modelos de desarrollo han sido parte de procesos de construcción del llamado desarrollo de los pueblos y estos significaron el inicio de ese encuentro con la modernidad, donde es necesario partir de una mirada a la historia a través de las teorías del desarrollo y comprender que se debe respaldar un dialogo intercultural  donde las múltiples identidades contribuyan al desarrollo.  
En el estudio de  Sandro Velarde Vargas, se sustenta  la teoría de las innovaciones donde proyecta a la modernización como el proceso en el que los individuos modifican su forma de vivir, inclinándose por adelantos de la tecnología y el desarrollo afianzado hacia los ingresos y ese éxito ideal, lo que significaba que países subdesarrollados con identidades largas cambiaran su estilo de vida pero estos procesos no son suficientes para generar desarrollo.
Ante ello surgen teorías como la de la independencia  y el imperialismo cultural que surge para explicar la razón de el subdesarrollo que emerge en épocas de resistencia a imposiciones desarrollistas  y todo ello como afirma Sandro Valverde  cayó en saco roto  por presiones políticas y su silenciamiento con la salida de los EEUU de la UNESCO aduciendo en  dichas resoluciones de entremezclan posiciones políticas e ideologías. Por ello se afirma que se debe descentrar la mirada hacia niveles de inclusión de los protagonistas del desarrollo desde su propia diferencia sin moldes.
Para Víctor Manuel Mari Sáez (1), en el campo de la Comunicación para el Desarrollo, en su proceso de redefinición insiste en la importancia de la participación en los procesos  sociales y comunicativos para que el desarrollo sea verdaderamente transformador, encontrando  en la participación un elemento fundamental.
Es necesario, tener presentes los elementos centrales como el papel que juega la “participación” en la Comunicación para el Desarrollo, hasta el punto de pasar este término, a inicios de los noventa, a formar parte de las nuevas conceptualizaciones que surgen en el campo de la Comunicación “Participativa” para el Desarrollo y la  práctica de esta dimensión participativa en la praxis comunicativa de los medios comunitarios.
Wolfgang Sachs (2) indica que el desarrollo, al igual que un majestuoso faro que guía a los marineros hacia la costa, fue la idea que orientó a las naciones emergentes en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, es asì que se proyecta al desarrollo  como  aspiración primaria, pero  esta conflictividad del término desarrollo continúa en nuestros días, más aún cuando lo abordamos desde la perspectiva comunicativa para el diseño o la evaluación de políticas de Comunicación para el Desarrollo.
Es así que en el estudio de las ideas del desarrollo no se trata de delimitar la concepción de desarrollo, pues abarca surgen distintos esquemas, lo que se requiere es proyectar como la comunicación puede incorporar modelos al sistema dominante capacitando a los sujetos a enfrentar a una sociedad con avances tecnológicos que inhibe en países sub desarrollado como el nuestro el desarrollo en iguales condiciones en un espacio permanente de democratización.
Sandro Velarde se centra en el caso de Bolivia y el acceso en desigualdad económica social de condiciones a las nuevas tecnologías de información en países de Americe Latina, tildándola como abismal desequilibrio proponiendo una urgente nivelación o rectificación para reducir las brechas de la expansión económica ; pero cabe recalcar que  de manera general todas las naciones están siendo afectadas por las nuevas tecnologías pues personifican la nueva configuración de la aldea global en la que estos países están inmersos,  lo que nos mueve a proyectar espacios democráticos de participación y dialogo horizontal para el desarrollo.
Comunicación y desarrollo son extensiones que se vinculan de múltiples formas, y es que la comunicación como instrumento de gestión del cambio actúa facilitando la creación de redes de relaciones, de acercamiento de partes, de incremento del capital social y de difusión del proyecto colectivo, es así que puede crear sociedades civiles más cohesionadas y  gobiernos más cómplices de los ciudadanos partiendo del empoderamiento de los mismos.
Nancy Díaz (3), señala  que  democratizar la comunicación implica pensar en puntos de encuentro, de comunión, de poner en común experiencias y aspectos materiales y simbólicos de la vida, asimismo  hacer extensivos estos puntos de encuentro, es así que si  pensamos a la comunicación como el factor dinámico pero a la vez reproductor de la cultura, debemos incluir la dimensión intersubjetiva en la cual también se juegan estos procesos.
Y es que hablar de desarrollo es saber que no existe un desarrollo sujeto paradigmas rígidos que no entiendan las diferencias culturales y permita espacios de identidades entretejidas; en el estudio de las ideas de desarrollo y esta llevada a la práctica, busca  la posibilidad de construir comunicación desde las prácticas, un desarrollo de comunicación participativa donde ya no se comprende la comunicación para el desarrollo sino la acción comunicativa de desarrollo que permita un diálogo intercultural que involucre las múltiples identidades y es que como manifiesta Sandro Velarde la comunicación no puede estar al margen del proyecto del desarrollo sino debe este proyectarse como un espacio de democratización.
La profundización de la democracia permite el desarrollo social en sentido amplio, no como aparece frecuentemente comprimido sobre temas económicos sino que significa una reducción o eliminación de la desigualdad, de promover mejores condiciones para habitar el territorio y mejor calidad de vida, donde es importante la existencia de debates públicos, abiertos plurales y participativos, y de proyectos de desarrollo en espacios democráticos.
A manera de conclusión, si al principio los modelos de desarrollo incitaban a que se mire como cima un desarrollo de éxito que proyectaban los países desarrollados, mitigando el desarrollo de las identidades y cultura de los países sub desarrollados como mucho se les ha denominado, son estos países subdesarrollados donde hay mucho por explotar en materia de desarrollo, en la riqueza del dialogo intercultural , donde se coloque  la participación en el centro de las nuevas conceptualizaciones sobre la comunicación para el Desarrollo, es decir que se apueste  por los modelos coherentes y pertinentes para la emancipación social, desbordando los límites del campo comunicativo y tecnológico como ciberespacio tercermundista , para impregnar el conjunto de prácticas sociales transformadoras que están vinculadas a las iniciativas comunicativas.


anexos


video testimonial ing. Jose Galvez, en su experiencia en aprobacion de proyectos para el desarrrollo integral y sostenible

"Modernidad, postmodernidad, modernidades"

La modernidad y postmodernidad han influido en el desarrollo de los países a nivel global, la forma de interrelacionarse, lo que conoce como modernización ha hecho un desigual espacio de dialogo donde los países más pobres en avances tecnológicos y en acceso a estos se les promovía un modelo de imitación de la idea del progreso que podían proyectar países como Estados unidos o Europa; es decir que la idea de desarrollo que llegaba de otros países  era una visión alejada de la realidad que impedía conocer  otras identidades, y es que como se pregunta Jesús Martin Barbero ¿cómo llamar progreso a un desarrollo que adquiere una motricidad independiente de las necesidades y las exigencias del hombre? ¿Cómo seguir creyendo en la capacidad emancipatoria?
En la  post modernidad, el “post” no es lo que le continua a modernidad en el caso de sud America sino de ese cambio de que el sistema "moderno" debe ser superado cambiado, porque  lo llamado moderno solo muestra una pequeña parte de la realidad de acorde se las necesidades de los países llamados desarrollados y no de los pueblos  latinoamericanos, atravesando por una crisis ya que se proyecta un progreso vacio, una comunicación transversal, jerárquica, de arriba hacia abajo apoyado por los medios de comunicación y los avances de las tecnologías.
Ciertamente el desarrollo y la comunicación en cuestión de desarrollo ha evolucionado desde los años 40, pues en América latina la comunicación era de desarrollo, que se promovía desde los medios de comunicación para insertarles la idea progreso que provenía de países desarrollados, incitándolos a copiar esos modelos, pero en la práctica se tiene más allá de paradigmas sino la interculturalidad , que abarque un proceso interno, donde desarrollo no es un tema apegado a la pobreza sino a mejorar la calidad de vida de las personas.
A pesar que los términos que nos permiten comprender que aquello que se ha  dejado atrás es el fundamento ideológico de parte del discurso latinoamericano, y que en consecuencia ahora se enfatiza la fundamentación empírica de las afirmaciones, donde los conceptos que se utilizan tienen significados más complejos, que asumen la ambigüedad y la ambivalencia propias de la época, el debate a la modernidad nos compete, pues  al replantear aquel sentido del progreso que hizo imposible percibir la pluralidad y discontinuidad de temporalidades que atraviesan la modernidad, proyecta a la resistencia de América Latina de dejar a un lado sus tradiciones y denunciar de alguna manera las contradicciones de su modernización y las ambigüedades de su desarrollo.
En los estudios de Peter L. Berger y Thomas Luckmann (1) se sostiene que la crisis de sentido a que están expuestos los individuos en las sociedades modernas derivan principalmente del pluralismo moderno, que es un rasgo consubstancial a estas sociedades. Más allá de la coexistencia en la sociedad de distintos sistemas de valores y de sentido, este pluralismo se caracteriza por el hecho de que esos sistemas compiten abiertamente entre sí, con lo cual las interpretaciones incuestionadas de la realidad tienden a transformarse en hipótesis
Lidia Girola (2) señala que en la llamada crisis de la modernidad van a aflorar, al igual que hoy, el problema de las nacionalidades y la democracia en los pueblos, forma esta última que pareció dar cabida a la diversidad manteniendo un momento de unidad en la construcción de la política, asegura que la crisis de la modernidad puede decirse que comienza a expresarse en el hecho de que ésta no supo dirigir eficientemente su brújula hacia sus objetivos; hay que puntualizar que comenzó con la exaltación de la razón, alzando al hombre a la cima, pero terminó asesinándolo en su carrera por el "desarrollo" acompañada por su desenfrenada idea de "progreso"; es así  que la democracia representativa terminó con la participación real de los actores.

Para JOSE JOAQUIN BRUNNER  (3) La cultura tradicional se estructura en tomo de comunicaciones y es con la modernidad que se produce nítidamente un paso desde esas formas de comunicación a la comunicación predominantemente institucionalizada que hace uso de medios tecnológicos crecientemente complejos, los que permiten producir bienes simbólicos para públicos.

Es asì que la postmodernidad en América Latina es menos cuestión de estilo que de cultura y de política, el problema está en apostar por un proceso qye ayude a la separación que atribuye a la élite un perfil moderno al tiempo que recluye lo colonial en los sectores populares, que proponga al Estado dedicarse a la conservación de la tradición dejándole a la iniciativa privada la tarea de reorganizar e inventar, que permita incrustar adecuadamente a la modernización tecnológica , pero eso no será posible mientras se profese miedo a la industrialización de la creatividad y la democratización de los públicos; ya que la cuestión es recrear las formas de convivencia y deliberación de la vida ciudadana sin reasumir la moralización de los principios y la cosificación  de los sujetos sociales, dejando de lado también ideas de que en la modernización, los  más pobres deberían adquirir un modelo por imitación, donde se difunda  una idea de progreso , que lleven a países como el nuestro a  no se sentirse identificados porque se descuidaba la parte cultural, el contexto ;  el dialogo horizontal.

Por ello, la modernización o modernidad como se afianza en países como el nuestro el desarrollo de debe apostar por iniciativas que permitan  reconstruir las identidades sin fundamentalismos, rehaciendo los modos de simbolizar los conflictos y los pactos desde las reapropiaciones, una modernidad donde el desarrollo debe ser tomado desde todo punto de vista de revalorar lo nuestro como el arte el folclore las costumbres a gran pluralidad y diferencias que tenemos deben ser el punto de partida para una conceptualización de modernidad más de acuerdo a lo que nosotros somos como latinoamericanos, como ciudadanos y el trabajo de los comunicadores es activar su sentido de escucha hacia los pueblos ricos en identidades culturales, donde se busque una mejor calidad de vida, superando el complejo de inferioridad que los modelos que opacan el empoderamiento ciudadano y su participación, así como su igualdad en condiciones.  

Referencias :

Revistas :




Video testimonial : 
http://www.youtube.com/watch?v=GI_uwCQyZck

Pluralidad cultural y comunicación participativa




Los procesos de comunicación participativa fortalecen las identidades y promueven la diversidad y la competencia comunicativa de la pluralidad cultural a través del diálogo horizontal; y es que la diversidad cultural y pluralidad son imprescindibles en la construcción de la democracia participativa, en los estudios de Alfonso Gumucio, se  proyecta como la comunicación para el cambio social es una comunicación de la identidad y de la afirmación de valores,  que recupera el diálogo y la participación como ejes centrales.

La comunicación participativa no puede considerarse un modelo unificado de comunicación, y es que el poder de la comunicación participativa es facilitar la recuperación de la vida cotidiana, las necesidades e intereses de los grupos socioculturales, así como a sus protagonistas, mediante la planificación de propuestas que contribuyan a mejorar su presencia e incidencia tanto en los procesos de desarrollo, y de toma de decisión, como en los medios de comunicación, posibilitando espacios y relaciones de poder más equitativos en donde las personas comparten experiencias, información, sentimientos y propuestas para crecer individual y colectivamente.
La UNESCO en su informe explica que la diversidad cultural es un hecho pues existe una gran  variedad de culturas que es posible distinguir rápidamente a partir de observaciones etnográficas, aun cuando los límites  que marcan las demarques de una cultura específica sean difíciles de determinar. Además, la conciencia de esta diversidad ha llegado a ser hoy prácticamente un lugar común, gracias a la mundialización de los intercambios y la mayor receptividad mutua de las sociedades (1)

Entendida desde la diversidad, se puede reconocer que a pesar de existir un derecho de información, este derecho solo connota la libertad del informador, y es que todo indica que se defiende la libertad de expresión como el derecho que tienen los periodistas y los dueños de medios para canalizar opiniones sin restricción; lo que significa que el derecho de los pueblos de poder comunicar sin intermediarios y tutela se considera un peligro, pero un peligro no al desarrollo sino al poder establecido.

Se está tratando en los últimos tiempos de romper con el concepto de que los medios de comunicación son solamente para propaganda o simples medios, ya que en la actualidad los medios de comunicación se han convertido en dueños de los hechos o ideas, fijan la agenda de lo que es o no noticia,  de lo que es relevante, siendo los principales espacios de representación de ciertos grupos en la mayoría de casos empresariales; por ello, se entiende que en muchos casos la comunicación ha sido marginada en los temas de comunicación participativa.

Alfonso Gumucio Dragon en sus estudios cita a manera de reflexión actual sobre la diversidad cultural y la pluralidad comunicacional cuando a fines de los años 70s la Unesco invitó a una comisión de expertos presidida por el Premio Nóbel de la Paz Sean MacBride, para analizar la situación de la comunicación y de la información a nivel mundial y acerca del “informe MacBride”, publicado con el título “Un solo mundo voces múltiples: comunicación e información en nuestro tiempo” , que reveló los desajustes y desequilibrios en los flujos de información y en la concentración de medios en pocas manos, que dejaba a la mayor parte de los países del Tercer Mundo sin voz en el concierto internacional, y es que  el informe hizo un llamado a los estados para recuperar la comunicación como un bien público, y para establecer las reglas del juego para limitar el poder incontrolable de las grandes empresas mediáticas.

Sin embargo, es lamentable observar el panorama actual donde el control mayor los medios masivos comerciales en escala mundial, traen abajo espacios amplios de comunicación participativa, un dialogo fuera de intereses avocado al desarrollo de los pueblos multiculturales, en lugar de ello se experimenta la concentración del poder mediático en tan pocas manos. Los medios de comunicaciones dejaron de ser medios para el desarrollo de la sociedad y es esa sociedad un medio para acrecentar su poder, pues como marionetas la realidad es cotidianamente reescrita por las grandes empresas y legitimada de acuerdo a la óptica de los medios masivos.
Los grandes proyectos de desarrollo no solamente ignoran la función de la comunicación en los procesos de cambio, sino que además son indiferentes ante el tema de la interculturalidad. Los llamados expertos y técnicos  suelen avanzar sobre la sociedad de un nuevo programa en  un terreno estéril e incluso cuando la comunicación es parte del programa, muy pocas veces toma en cuenta la cultura como superestructura al margen de la cual no se puede generar un proceso de cambio y un desarrollo sostenible; y es que los periodistas generalistas carecen de la capacidad y de la sensibilidad necesaria para abordar la comunicación desde el ángulo de la interculturalidad.

Como sustenta Marcial García López (2) en sus estudios,  “cada vez resulta más urgente profundizar la reflexión sobre Solidaridad, Paz, Derechos Humanos y Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo (ONGD) y sus vinculaciones con la comunicación desde un enfoque que cuestione y evidencie las inconsistencias y efectos no deseados del modelo instrumental y utilitarista heredado de la comunicación comercial”.

Alfonso Gumucio en su estudio “Haciendo Olas: Historias de Comunicación Participativa para el Cambio Social” (3)  proyecta como a pesar de que existe una mejor comprensión entre las organizaciones para el desarrollo en países del Tercer Mundo y entre los académicos de los países industrializados sobre el papel de la comunicación en los cambios sociales, aún se conoce poco sobre las experiencias concretas y los proyectos donde la comunicación ha sido un factor decisivo, y es que aunque existe una mayor conciencia sobre la importancia de la participación en el desarrollo económico y social.

Desligándonos de un desarrollo vertical, indiferente a las particularidades culturales de cada país, todo esto nos lleva a apostar por una comunicación participativa en un escenario de comunicación abierta, compuestos por ciudadanos libres y críticos, donde la democracia sea cualidad central, donde los comunicadores puedan proponer un modelo comunicativo cada vez  más participativo como clave para hacer de la comunicación un factor de desarrollo social, constituyéndose así como columna vertebral  de la sociedad y generador de escenarios de diálogo y participación.




VIDEO TESTIMONIAL :
http://www.youtube.com/watch?v=GQoEGVxXKzE