viernes, 7 de junio de 2013

"Modernidad, postmodernidad, modernidades"

La modernidad y postmodernidad han influido en el desarrollo de los países a nivel global, la forma de interrelacionarse, lo que conoce como modernización ha hecho un desigual espacio de dialogo donde los países más pobres en avances tecnológicos y en acceso a estos se les promovía un modelo de imitación de la idea del progreso que podían proyectar países como Estados unidos o Europa; es decir que la idea de desarrollo que llegaba de otros países  era una visión alejada de la realidad que impedía conocer  otras identidades, y es que como se pregunta Jesús Martin Barbero ¿cómo llamar progreso a un desarrollo que adquiere una motricidad independiente de las necesidades y las exigencias del hombre? ¿Cómo seguir creyendo en la capacidad emancipatoria?
En la  post modernidad, el “post” no es lo que le continua a modernidad en el caso de sud America sino de ese cambio de que el sistema "moderno" debe ser superado cambiado, porque  lo llamado moderno solo muestra una pequeña parte de la realidad de acorde se las necesidades de los países llamados desarrollados y no de los pueblos  latinoamericanos, atravesando por una crisis ya que se proyecta un progreso vacio, una comunicación transversal, jerárquica, de arriba hacia abajo apoyado por los medios de comunicación y los avances de las tecnologías.
Ciertamente el desarrollo y la comunicación en cuestión de desarrollo ha evolucionado desde los años 40, pues en América latina la comunicación era de desarrollo, que se promovía desde los medios de comunicación para insertarles la idea progreso que provenía de países desarrollados, incitándolos a copiar esos modelos, pero en la práctica se tiene más allá de paradigmas sino la interculturalidad , que abarque un proceso interno, donde desarrollo no es un tema apegado a la pobreza sino a mejorar la calidad de vida de las personas.
A pesar que los términos que nos permiten comprender que aquello que se ha  dejado atrás es el fundamento ideológico de parte del discurso latinoamericano, y que en consecuencia ahora se enfatiza la fundamentación empírica de las afirmaciones, donde los conceptos que se utilizan tienen significados más complejos, que asumen la ambigüedad y la ambivalencia propias de la época, el debate a la modernidad nos compete, pues  al replantear aquel sentido del progreso que hizo imposible percibir la pluralidad y discontinuidad de temporalidades que atraviesan la modernidad, proyecta a la resistencia de América Latina de dejar a un lado sus tradiciones y denunciar de alguna manera las contradicciones de su modernización y las ambigüedades de su desarrollo.
En los estudios de Peter L. Berger y Thomas Luckmann (1) se sostiene que la crisis de sentido a que están expuestos los individuos en las sociedades modernas derivan principalmente del pluralismo moderno, que es un rasgo consubstancial a estas sociedades. Más allá de la coexistencia en la sociedad de distintos sistemas de valores y de sentido, este pluralismo se caracteriza por el hecho de que esos sistemas compiten abiertamente entre sí, con lo cual las interpretaciones incuestionadas de la realidad tienden a transformarse en hipótesis
Lidia Girola (2) señala que en la llamada crisis de la modernidad van a aflorar, al igual que hoy, el problema de las nacionalidades y la democracia en los pueblos, forma esta última que pareció dar cabida a la diversidad manteniendo un momento de unidad en la construcción de la política, asegura que la crisis de la modernidad puede decirse que comienza a expresarse en el hecho de que ésta no supo dirigir eficientemente su brújula hacia sus objetivos; hay que puntualizar que comenzó con la exaltación de la razón, alzando al hombre a la cima, pero terminó asesinándolo en su carrera por el "desarrollo" acompañada por su desenfrenada idea de "progreso"; es así  que la democracia representativa terminó con la participación real de los actores.

Para JOSE JOAQUIN BRUNNER  (3) La cultura tradicional se estructura en tomo de comunicaciones y es con la modernidad que se produce nítidamente un paso desde esas formas de comunicación a la comunicación predominantemente institucionalizada que hace uso de medios tecnológicos crecientemente complejos, los que permiten producir bienes simbólicos para públicos.

Es asì que la postmodernidad en América Latina es menos cuestión de estilo que de cultura y de política, el problema está en apostar por un proceso qye ayude a la separación que atribuye a la élite un perfil moderno al tiempo que recluye lo colonial en los sectores populares, que proponga al Estado dedicarse a la conservación de la tradición dejándole a la iniciativa privada la tarea de reorganizar e inventar, que permita incrustar adecuadamente a la modernización tecnológica , pero eso no será posible mientras se profese miedo a la industrialización de la creatividad y la democratización de los públicos; ya que la cuestión es recrear las formas de convivencia y deliberación de la vida ciudadana sin reasumir la moralización de los principios y la cosificación  de los sujetos sociales, dejando de lado también ideas de que en la modernización, los  más pobres deberían adquirir un modelo por imitación, donde se difunda  una idea de progreso , que lleven a países como el nuestro a  no se sentirse identificados porque se descuidaba la parte cultural, el contexto ;  el dialogo horizontal.

Por ello, la modernización o modernidad como se afianza en países como el nuestro el desarrollo de debe apostar por iniciativas que permitan  reconstruir las identidades sin fundamentalismos, rehaciendo los modos de simbolizar los conflictos y los pactos desde las reapropiaciones, una modernidad donde el desarrollo debe ser tomado desde todo punto de vista de revalorar lo nuestro como el arte el folclore las costumbres a gran pluralidad y diferencias que tenemos deben ser el punto de partida para una conceptualización de modernidad más de acuerdo a lo que nosotros somos como latinoamericanos, como ciudadanos y el trabajo de los comunicadores es activar su sentido de escucha hacia los pueblos ricos en identidades culturales, donde se busque una mejor calidad de vida, superando el complejo de inferioridad que los modelos que opacan el empoderamiento ciudadano y su participación, así como su igualdad en condiciones.  

Referencias :

Revistas :




Video testimonial : 
http://www.youtube.com/watch?v=GI_uwCQyZck

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