La modernidad ha sufrido trayectorias sociales hegemónicas, dando la sensación
de establecer en el imaginario de los personas “modos” exitosos para vivir; así
diversos modelos de
desarrollo han sido parte de procesos de construcción del llamado desarrollo de
los pueblos y estos significaron el inicio de ese encuentro con la modernidad,
donde es necesario partir de una mirada a la historia a través de las teorías del
desarrollo y comprender que se debe respaldar un dialogo intercultural donde las múltiples identidades contribuyan
al desarrollo.
En
el estudio de Sandro Velarde Vargas, se
sustenta la teoría de las innovaciones
donde proyecta a la modernización como el proceso en el que los individuos
modifican su forma de vivir, inclinándose por adelantos de la tecnología y el
desarrollo afianzado hacia los ingresos y ese éxito ideal, lo que significaba
que países subdesarrollados con identidades largas cambiaran su estilo de vida pero
estos procesos no son suficientes para generar desarrollo.
Ante
ello surgen teorías como la de la independencia
y el imperialismo cultural que surge para explicar la razón de el
subdesarrollo que emerge en épocas de resistencia a imposiciones
desarrollistas y todo ello como afirma
Sandro Valverde cayó en saco roto por presiones políticas y su silenciamiento
con la salida de los EEUU de la UNESCO aduciendo en dichas resoluciones de entremezclan
posiciones políticas e ideologías. Por ello se afirma que se debe descentrar la
mirada hacia niveles de inclusión de los protagonistas del desarrollo desde su
propia diferencia sin moldes.
Para
Víctor Manuel Mari Sáez (1), en el
campo de la Comunicación para el Desarrollo, en su proceso de redefinición insiste
en la importancia de la participación en los procesos sociales y comunicativos para que el
desarrollo sea verdaderamente transformador, encontrando en la participación un elemento fundamental.
Es
necesario, tener presentes los elementos centrales como el papel que juega la
“participación” en la Comunicación para el Desarrollo, hasta el punto de pasar
este término, a inicios de los noventa, a formar parte de las nuevas
conceptualizaciones que surgen en el campo de la Comunicación “Participativa”
para el Desarrollo y la práctica de esta
dimensión participativa en la praxis comunicativa de los medios comunitarios.
Wolfgang
Sachs (2) indica que el desarrollo,
al igual que un majestuoso faro que guía a los marineros hacia la costa, fue la
idea que orientó a las naciones emergentes en el periodo posterior a la Segunda
Guerra Mundial, es asì que se proyecta al desarrollo como aspiración primaria, pero esta conflictividad del término desarrollo
continúa en nuestros días, más aún cuando lo abordamos desde la perspectiva
comunicativa para el diseño o la evaluación de políticas de Comunicación para
el Desarrollo.
Es
así que en el estudio de las ideas del desarrollo no se trata de delimitar la concepción
de desarrollo, pues abarca surgen distintos esquemas, lo que se requiere es proyectar
como la comunicación puede incorporar modelos al sistema dominante capacitando
a los sujetos a enfrentar a una sociedad con avances tecnológicos que inhibe en
países sub desarrollado como el nuestro el desarrollo en iguales condiciones en
un espacio permanente de democratización.
Sandro
Velarde se centra en el caso de Bolivia y el acceso en desigualdad económica social
de condiciones a las nuevas tecnologías de información en países de Americe
Latina, tildándola como abismal desequilibrio proponiendo una urgente nivelación
o rectificación para reducir las brechas de la expansión económica ; pero cabe recalcar
que de manera general todas las naciones
están siendo afectadas por las nuevas tecnologías pues personifican la nueva
configuración de la aldea global en la que estos países están inmersos, lo que nos mueve a proyectar espacios democráticos
de participación y dialogo horizontal para el desarrollo.
Comunicación
y desarrollo son extensiones que se vinculan de múltiples formas, y es que la
comunicación como instrumento de gestión del cambio actúa facilitando la
creación de redes de relaciones, de acercamiento de partes, de incremento del
capital social y de difusión del proyecto colectivo, es así que puede crear sociedades
civiles más cohesionadas y gobiernos más
cómplices de los ciudadanos partiendo del empoderamiento de los mismos.
Nancy
Díaz (3), señala que democratizar la comunicación implica
pensar en puntos de encuentro, de comunión, de poner en común experiencias y
aspectos materiales y simbólicos de la vida, asimismo hacer extensivos estos puntos de encuentro, es
así que si pensamos a la comunicación
como el factor dinámico pero a la vez reproductor de la cultura, debemos
incluir la dimensión intersubjetiva en la cual también se juegan estos
procesos.
Y
es que hablar de desarrollo es saber que no existe un desarrollo sujeto
paradigmas rígidos que no entiendan las diferencias culturales y permita espacios
de identidades entretejidas; en el estudio de las ideas de desarrollo y esta
llevada a la práctica, busca la
posibilidad de construir comunicación desde las prácticas, un desarrollo de comunicación
participativa donde ya no se comprende la comunicación para el desarrollo sino
la acción comunicativa de desarrollo que permita un diálogo intercultural que
involucre las múltiples identidades y es que como manifiesta Sandro Velarde la comunicación
no puede estar al margen del proyecto del desarrollo sino debe este proyectarse
como un espacio de democratización.
La
profundización de la democracia permite el desarrollo social en sentido amplio,
no como aparece frecuentemente comprimido sobre temas económicos sino que
significa una reducción o eliminación de la desigualdad, de promover mejores
condiciones para habitar el territorio y mejor calidad de vida, donde es
importante la existencia de debates públicos, abiertos plurales y
participativos, y de proyectos de desarrollo en espacios democráticos.
A
manera de conclusión, si al principio los modelos de desarrollo incitaban a que
se mire como cima un desarrollo de éxito que proyectaban los países desarrollados,
mitigando el desarrollo de las identidades y cultura de los países sub
desarrollados como mucho se les ha denominado, son estos países
subdesarrollados donde hay mucho por explotar en materia de desarrollo, en la
riqueza del dialogo intercultural , donde se coloque la participación en el centro de las nuevas
conceptualizaciones sobre la comunicación para el Desarrollo, es decir que se
apueste por los modelos coherentes y pertinentes
para la emancipación social, desbordando los límites del campo comunicativo y
tecnológico como ciberespacio tercermundista , para impregnar el conjunto de prácticas
sociales transformadoras que están vinculadas a las iniciativas comunicativas.
anexos
Desarrollo : http://www.uned.es/122049/archivos/tema-4.pdf
video testimonial ing. Jose Galvez, en su experiencia en aprobacion de proyectos para el desarrrollo integral y sostenible
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